Mujeres sobre la pasarela en la MMFW 2015


Pasarelas mixtas
Si hablamos de capitales veteranas de la moda en lo que a pasarelas se refiere, centraremos la vista en París y Milán. Las dos ciudades se han erigido como los principales epicentros en los que las casas de lujo más tradicionales presentan sus colecciones tanto masculinas como femeninas, aunque ésta última, celebrada en Milán y dedicada al hombre, haya sido de todo menos tradicional.

En un momento en el que las más importantes semanas de la moda se disocia en "hombre" y "mujer", con la consolidación de London Collections: Men desde 2012 y el anuncio de la primera New York Men’s Fashion Week prevista para junio de 2015, los italianos parecen haberle dado la vuelta a la tortilla para volver a los desfiles mixtos (lo que, en cualquier caso, no supondrá la desaparición de la cita femenina)

Firmas como DSquared2, Giorgio Armani o Costume National han insertado (en mayor o menor medida) entre sus propuestas masculinas un avance de lo que serán sus colecciones femeninas. Nada extraño, aunque sí llamativo. La primera (y una de las pocas) en dar explicación y sentido a esta nueva comunión entre géneros ha sido, una vez más, Miuccia Prada. Pero no ha sido la única, puesto que junto a ella se ha posicionado un nuevo contendiente dispuesto a hacer tambalear los códigos que hasta ahora habíamos conocido, Alessandro Michele, jefe de accesorios y responsable de la última colección de Gucci tras la apresurada salida de Frida Gianini de la casa.
"El género es un contexto y el contexto es a menudo el género", rezaba el manifiesto que Miuccia Prada había dejado en cada uno de los asientos de los asistentes a su último desfile, en el que pudimos ver 29 looks de su colección masculina y 20 de la femenina, correspondientes al pre-fall. De la misma forma que hizo con su presentación P/V 2015, la italiana vuelve a desdibujar los límites entre hombre y mujer para darles sentido como personas. Según recogía Tim Blanks en su última reseña para Style.com, “la mezcla de colecciones era algo que Miuccia había querido hacer desde hace tiempo, ya que trabajar en la moda masculina siempre la dejó preguntándose cómo podrían aplicar las mismas ideas a las mujeres”. De esta forma, la uniformidad, la severidad y la elegancia se configuran como líneas comunes de esta moda, de la “manera en la que me gusta en este momento que sea", como explicaba la propia diseñadora tras el desfile.
Tanto es así que incuso ha conseguido desdibujar los roles en los que ella misma había enmarcado a sus hombres y mujeres hasta ahora –comprometidos ellos y poderosas ellas–, los cuales parecen haberse permitido una alienación bidireccional hasta encontrar la igualdad (ya no se complementan para encontrar el balance, sino que caminan juntos al mismo nivel). Todos se pintaron de negro en el tradicional tejido de nylon de la casa, con cinturas ceñidas (elemento femenino) por trenchs (abrigo creado para los soldados de la II Guerra Mundial) y abrigos de corte masculino. O al menos eso nos hizo creer a todos tras esta presentación, veremos con lo que nos sorprende en su próximo desfile femenino previsto para finales de febrero.
En este sentido, la última revolución causada en mitad de lo que Matthew Scheier calificó de “soporífera fashion week’ en su columna para The New York Times ha sido conjurada por Alessandro Michele, director creativo de accesorios de Gucci y responsable de la última colección masculina.

Alessandro Michele Gucci
A pesar de anunciar a principios de diciembre el fin de las relaciones entre Gucci y Frida Gianini como directora creativa, estaba previsto que la diseñadora dejara definitivamente su puesto tras presentar la colección femenina en la próxima Milan Fashion Week (25 feb. - 3 mar.). Sin embargo, los tercios cambiaron y Gianini se fue antes de lo previsto y de forma apresurada, dejando su puesto libre. Así, mientras la casa italiana sigue en busca del candidato adecuado para cubrirlo, ha dejado en manos de Michele el cargo (a la espera de la innminente confirmación de éste como nuevo director creativo).
En apenas cinco días (los que restaban para el desfile), el diseñador ha redibujado la colección, ha buscado un nuevo casting de modelos, ha prescindido de la ayuda estilística de Alister Mackie (director creativo de la revista Another Man y responsable de estilismo de Gucci en la era Gianini) e incluso ha reconfigurado el sitting de invitados.
Frente a lo que podíamos esperar de Gucci vista la progresión de la romana al frente de la firma, Michele nos retó a distinguir entre hombre y mujer en su romanticismo urbano, como ha definido a esta acelerada colección. La ambigüedad se ha vestido de lazos al cuello, gasas, sedas y encajes propios del universo femenino, aunque también de pantalones sastre y pea coats XXL de los que se amontonan cada invierno en el masculino.
Un intento de ecualizar géneros y roles, una “narración visceral de los sentidos” que rezaba su nota de prensa o un intento de reflejar en el exterior el lado femenino que cada hombre lleva dentro, y viceversa. Sin duda, un ejercicio que desdibuja la división masculino / femenino y aboga por el inconformismo. La ruptura está acometida, la pregunta ahora es las posibilidades comerciales a posteriori, que si bien Prada ataca con visión ambisexual (igualdad de géneros pero división de estéticas), en el caso de Gucci se pasea por la androginia hasta rebasar, en ocasiones, los límites de la masculinidad.
Algo que nos lleva a concluir de la siguiente manera y abordando dos posibilidades. Por un lado, esta incipiente tendencia en la que la mujer aparece en la pasarela masculina integrándose en ella nos puede plantear un giro aspiracional de las firmas con el objetivo de establecer nuevos conceptos intangibles asociados ella, además de suponer una fórmula por parte de Milan Fashion Week para romper moldes ahora que parecía que la tendencia se dirigía a desglosar las pasarelas por género.
Por otro lado, se nos plantea una segunda posibilidad asociada al creciente interés de las firmas de lujo por el mercado del hombre.

¿Se trata entonces de agitar los valores preestablecidos con la vista puesta en asociar nuevos valores de modernidad a las firmas o se trata simplemente de una estrategia comercial en la que preguntarse por qué vender a un solo género pudiendo hacerlo a los dos y desde una misma propuesta de mercado? Miuccia, como siempre y desde Milán, un paso por delante.

Comentarios

Entradas populares