Margiela con un Galliano mareado. #PFW


En este papel de director creativo de Maison Margela, para la colección primavera verano 2016, el diseñador que hace de la realidad algo mágico, ha abierto su desfile con un bonito abrigo color crema y gran bolso de mano.


El mismo accesorio oversize que ha ido apareciendo repetidamente durante el show. Incluso el propio Galliano ha luchado valientemente contra esta gran presencia de complementos con algunos efectos poéticos, como recogidos altos y un maquíllate con toques plata, a juego con sus vestidos metálicos transparentes.



Los motivos decorativos de las prendas eran aún más dramáticos, desde los mechones de piel a los discos de espejo. Se podía ver el antiguo toque del diseñador y sus locuras cuando la plata parecía empañada, como metal envejecido.

Es importante pensar sobre el presente de Galliano y no únicamente sobre su pasado.El foco de atención ahora se centra en las prendas, ya que acabamos de despedir a Michael Howells, uno de los productores de eventos de moda más importantes, y el cabello extravagante y el maquillaje de los años de Galliano en Dior ya se han terminado.



Pienso que debería haber una mayor atención sobre la firma Martin Margiela, la original, donde la idea del romanticismo estaba muy lejana. Pero quizá sí que se podrían incluir las chaquetas y los abrigos de Galliano que estaban creados a base depatchwork. Las telas con mallas y las prendas que dejaban los cuerpos semidesnudos revelaban pechos pubescentes que estaban totalmente fuera de lugar.

Galliano desapareció una vez que la última modelo salió de la pasarela, pero dejó un mensaje digital en el que se podía descifrar: "Prendas de ciencia ficción que llaman poco la atención, pero con acabados de muy buena calidad".



Esto se aplica a la pátina en la plata y Galliano lo describió como un brillante  “espejo encalado”.
Todo lo se refiere al tratamiento de tejidos (que no se aplicó a los bolsos de cuero liso) se perdió en mí. Así que era solo un traje pantalón verde hierba, sin embargo, muy bien trabajado. Un gran suéter con ochos parecía dinámico y hubo también un vestido en naranja quemado que caía por la pasarela.

También hubo un encanto real en los looks de estética japonesa, con un lazo alto atado en el pecho, la elegancia moderna de una geisha para modelos que daban pequeños pasos sobre sus tacones curvos y bajos.

Hasta que se dieron la vuelta. Los lazos tenían un claro propósito comercial. Se sostenían como si fueran una especie de mochila pero, ¿sabes una cosa? Eran bolsos.

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